SANTIAGO DEL ESTERO, (De nuestro enviado especial, Miguel Décima).- Que los dos mejores jugadores del partido hayan sido los centrales de San Martín marca lo que fue el duelo. Aníbal Medina y Gonzalo Cáceres, sólo por estar concentrados, se llevaron todos los elogios.
"Por suerte nos llevamos a Tucumán un punto que puede ser el puntapié para la ansiada recuperación futbolística", dijo Medina que hasta último momento estuvo en duda por lesión. "Tengo que agradecerle al técnico por la paciencia que me tuvo, me esperó hasta minutos antes del partido. Por suerte terminé bien, aunque bastante dolorido. Ahora voy a trabajar para recuperarme definitivamente. Quiero estar 10 puntos para el duelo contra Central Norte de Salta", explicó el central.
Medina se fue conforme con el rendimiento del equipo. Aunque sabe que siempre se debe mejorar. "Es indudable que debemos estar más afilados en el área de enfrente. El día que tengamos la tranquilidad para concretar las opciones que se nos presentan en los noventa minutos, comenzarán a llegar los resultados que todos estamos buscando", expresó "Cabezón". Según el defensor, hace falta una sola cosa: "Embocarla, nada más".
En un vestuario donde el conformismo era moneda corriente, el rostro de Gonzalo Cáceres denotaba la alegría de haber mostrado su mejor imagen futbolística, justo contra su ex club. Y claro, no hay nada peor que astilla del mismo palo, dicen. "No fue un partido más. Es raro enfrentar a un club que me dio mucho en mi carrera, pero me voy tranquilo a casa. Creo que respondí a la confianza que me dio el técnico", dijo el santiagueño que logró el ascenso al Argentino A, con el "ferroviario", hace dos temporadas.
Cáceres confesó que el partido se presentó como lo habían imaginado durante la semana en el búnker "santo". "Fue muy duro. Estaba para cualquiera. Sabíamos que por la características del campo de juego, el encuentro se podía definir a través de una pelota parada. Esto nos llevó a centralizar la atención en eso", dijo "Gonza" que estuvo firme en la marca tanto por abajo como por arriba.
Cáceres tuvo que bailar con la más fea: tratar de anular a Arrigo. Pero cumplió con creces. "Por suerte todo salió como esperaba. Es un jugador que hace valer mucho su contextura física", afirmó el defensor que ya conocía al delantero. "Fuimos compañeros. Eso fue clave a la hora de marcarlo fue clave a la hora de marcarlo", resumió el defensor que jugó con hinchada propia porque su familia estuvo en la platea.
Cáceres y Medina cumplieron y fueron los puntales del punto "santo" en la tierra del mistol.